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¿Cómo ser árbitro de fútbol? Te lo contamos

A pesar de que mucha gente ve al árbitro de fútbol como el centro de sus críticas, hay otros que no dudan en formarse para hacer de eso su carrera profesional. Por eso, desde aquí animamos a los apasionados del reglamento de fútbol a seguir con su pasión.

De hecho, la mayoría de los árbitros suelen combinar esta labor con otra profesión, por lo que es una manera de tener otra fuente de ingresos que generalmente se percibe los fines de semana, cuando se descansa del empleo «normal». Sin duda, es uno de los factores que atrae a los más jóvenes para adentrarse en este mundo.

Requisitos para trabajar como árbitro de fútbol

Para conseguir llegar a arbitrar al más alto nivel, la Real Federación Española de Fútbol ofrece una serie de cursos de capacitación a través del Comité Técnico de Árbitros. Aquellos candidatos que quieran inscribirse deberán hacerlo mediante la federación territorial de su autonomía.

Aquellos alumnos que quieran ejercer como árbitros deberán cumplir los siguientes requisitos.

  • Edad: depende de la federación territorial, pero se suele establecer una edad mínima de 14 o 16 años y una edad máxima de 26 o 29 años.
  • Pruebas físicas: aunque el estado de forma de los árbitros no tiene por qué ser tan bueno como el de los jugadores, sí que deben cumplir los 90 minutos a buen ritmo para seguir las acciones de cerca. Aunque las marcas mínimas varían entre hombres y mujeres, se suele evaluar la velocidad en distancias medias (40 metros) y largas (2000 metros).
  • No tener licencia de jugador: con el objetivo de garantizar la imparcialidad del árbitro, no se permite compaginar con pertenecer a un equipo como jugador de fútbol.
  • Pagar las tasas de examen.

Camino para arbitrar en Primera División

Evidentemente, para llegar a categorías superiores se debe ir adquiriendo experiencia en diferentes divisiones. Lo más habitual es comenzar con alevines e infantiles para subir a juveniles, categoría regional y ámbito nacional (Primera, Segunda y Tercera División).

De esta manera, se traza una trayectoria que es seguida por el Comité Técnico de Árbitros, que analiza y evalúa las características de los árbitros y la conveniencia de incluirlos en un nivel u otro. Para ello, no solo basta con dominar el reglamento sino que hay que gestionar la actitud de los jugadores, entrenadores y público, en el sentido de que se deben evitar los factores externos influyan en las decisiones arbitrales.

Las formaciones impartidas por las federaciones o centros homologados contribuyen a tener un estilo de arbitraje estandarizado y permite que el criterio arbitral sea más homogéneo y mejor comprendido por profesionales y aficionados.

El CTA realiza una labor de supervisión para que los que salen de la formación de cursos para árbitros tengan el contexto necesario para poner en práctica los conceptos y las herramientas que se facilitan. De esta manera, los conocimientos teóricos y prácticos se ven reflejados en el terreno de juego con un arbitraje ajustado al reglamento.