El fútbol es un deporte muy complejo que ha ido evolucionando en todos los aspectos con el paso de los años. Por eso, nos encontramos con que cada vez entran en juego más factores para conseguir el éxito. De esta manera, el entrenador de fútbol debe ser una persona capaz de gestionar todos los inputs que recibe de la mejor manera posible, adaptándose a los jugadores y la situación de su club para conseguir el máximo rendimiento.
Evidentemente, existen otras figuras importantes dentro del organigrama de un club, como pueden ser los asistentes, ojeadores, fisioterapeutas, etc. Sin embargo, los focos siempre apuntan a una persona cuando las cosas van mal: el entrenador. Por eso, se recomienda que esa persona esté bien formada a todos los niveles para poder manejar todas las situaciones que va pasando un equipo a lo largo de una temporada.
Cualidades de un buen entrenador de fútbol
Como ya puedes imaginar, no existe una fórmula mágica para hacer que un equipo tenga éxito. Se pueden estudiar tendencias de los grandes equipos e intentar imitar algunos procesos de trabajo, pero a la hora de la verdad, uno debe saber sacar el mayor provecho posible a los recursos que tiene, y para eso tiene que haber una buena formación y la capacidad de adaptarse a lo que venga.
Por ello, una de las claves para conseguir victorias y no perder el puesto de trabajo es hacer las cosas bien. El trabajo siempre se ve recompensado, aunque a veces los resultados tarden en llegar. Un buen entrenador de fútbol debe hacer un trabajo previo de planificación, tanto para las sesiones de entrenamiento como para los partidos. El conocimiento de los propios jugadores es crucial para saber cómo potenciar sus puntos fuertes y cómo minimizar sus puntos débiles.
Cómo trabajar para triunfar
El trabajo diario permite tener un contacto directo con los jugadores y el resto del staff técnico para poder aumentar las probabilidades de éxito en los partidos. Muchas veces el gran público solo se centra en los resultados, pero para que lleguen las victorias debe haber un buen trabajo detrás.
A lo largo de la semana, el entrenador debe saber transmitir la idea de juego y los conceptos que hay que poner en práctica para luchar por los tres puntos. Como es lógico, saber comunicar bien el mensaje de forma asertiva y convincente ayuda a que los jugadores se impliquen más tanto en el esfuerzo individual como en el trabajo colectivo.
La gestión del vestuario es otro de los puntos más importantes para definir a un buen entrenador. Esto se percibe especialmente en equipos con jugadores de mayor edad y con objetivos importantes en términos de resultado. De hecho, en el fútbol profesional se habla mucho de la gestión de egos, y es que la mayoría se sienten estrellas y creen que pueden aportar más que los demás.
En definitiva, dirigir un equipo de fútbol es saber gestionar de manera óptima todo lo que tienes a tu disposición, y para ello influye lo bien preparado que esté el entrenador y cómo sepa actuar en las diferentes situaciones que se presentan a lo largo de la temporada.