Los tobillos son una de las partes más delicadas del cuerpo de un futbolista. Sujetos a muchos movimientos bruscos debido a los cambios de dirección y velocidad, los esguinces son bastante comunes y una mala recuperación puede convertirlo en un problema crónico.
Tanto con un objetivo de prevención como después de haber sufrido una lesión, el vendaje de tobillo es un recurso muy común para preservar la zona en las mejores condiciones posibles. Aunque el deporte es sano de por sí, hay que practicarlo con precaución para no poner en juego nuestra integridad física. A continuación, te explicamos tres maneras diferentes de vendar el tobillo:
Vendaje funcional
Esta clase de vendaje se utiliza cuando se quiere sujetar el tobillo lo suficiente como para poder realizar actividades, ya sea deporte o vida diaria normal, pero con un nivel de sujeción adecuado para limitar la posibilidad de un esguince. Sin duda, es el tipo de vendaje más común, y se utiliza tanto en fútbol como en otros deportes donde los tobillos están más expuestos a riesgo de lesión, por ejemplo, el baloncesto.
Una de las claves para que este vendaje funcione mejor es dejar el talón libre, ya que de lo contrario se limitaría más la funcionalidad del tobillo (de ahí el nombre). En los laterales se ponen unos anclajes que reducen el movimiento de los ligamentos en que se causan los esguinces, pero siempre sin apretar excesivamente el vendaje para no causar dolor ni dificultar la circulación de la sangre.
Para finalizar el vendaje se realizan unos «ochos», pasando el esparadrapo por el lado externo, bajando hacia la planta del pie, subiendo de nuevo por el peine para acabar rodeando de nuevo el tobillo.
Vendaje compresivo
Si el objetivo es limitar los movimientos del tobillo por completo, especialmente cuando se ha producido una lesión, lo mejor es un vendaje compresivo. De esta manera, el proceso de curación se agiliza, aunque en casos extremos como una rotura de ligamentos es necesaria una férula o escayola. De cualquier manera, poner este vendaje no es nada complicado e incluso se puede realizar en medio de un partido. Aquí tienes un vídeo que lo demuestra:
Tobilleras
En un punto intermedio entre estos dos tipos de vendaje nos encontramos con las tobilleras. En el mercado existe una gran variedad de marcas y modelos que se ajustan a las preferencias del cliente y, por supuesto, a su presupuesto.
Dependiendo del grado de sujeción que se busque, hay una clase de tobillera u otra. La más común es esa que parece casi un calcetín (sin cubrir los dedos) un poco más compresivo que los convencionales, que sirve para dar cierta seguridad. Sin embargo, para evitar esguinces, se recomiendan las que incluyen cintas o cordones para atar y así reducir el movimiento lateral del tobillo.
En cualquiera de los tres casos, lo más adecuado es consultar con a un traumatólogo o fisioterapeuta, ya que al conocer cada caso en particular se puede hacer una recomendación más ajustada a las verdaderas necesidades de la persona afectada.